Por: Arq. Carlos Enrique Martinez Gutierrez
Publicado: Opinión Política 17 Enero 2022
La arquitectura y el urbanismo de las ciudades reflejan el desarrollo de la sociedad en una época determinada muy ligada a su historia tanto de grandeza o pobreza, hoy en día ¿tenemos idea del legado que les dejaremos a las próximas generaciones?
Grandes edificaciones, monumentos, espacios públicos o construcciones fueron desarrollados por los pueblos en momentos específicos de su historia, como testigos de su desarrollo social, cultural, religiosos, intelectual o del poderío militar de la época, pero también fue creada una arquitectura en tiempos del obscurantismo donde las construcciones, sus diseños, espacios y formas reflejó esa época.
La mayoría de las ciudades cuentan con una identidad propia que las caracteriza frente al mundo, está identidad se va construyendo paso a paso en un proceso histórico y cultural, compuesta por un conjunto de rasgos, una serie de características, elementos, espacios, o construcciones que le dan su personalidad, pero sobre todo cuentan su historia a través de sus construcciones y espacios como consecuencia de la visión y desarrollo de sus habitantes
Con la expansión urbana en la mayoría de las ciudades se olvidó el diseño y construcción de espacios públicos y elementos icónicos, que le dieran la personalidad e identidad a diferentes barrios, zonas o sectores de la ciudad, espacios vitales para la ciudadanía. Se priorizaron los desarrollos inmobiliarios como política de crecimiento de las ciudades ocasionando por supuesto un déficit en espacios para desarrollar elementos de identidad local.
El estado al no contar con los espacios suficientes para sus equipamientos urbanos, los escasos espacios que cuentan prefieren construir instalaciones de cuestionable utilidad y calidad arquitectónica o urbana, y peor aún, sin el estudio de su integración al entorno, que ayude a regenerarlo y no degradarlo, conceptos muy difíciles de entender por parte de algunos políticos que buscan la rentabilidad electoral y no el bien común y menos la calidad de vida
Pero también la inversión en las obras publicas omitió esta visión que en otros tiempos nuestro país fue una política de estado, no tenemos que remontarnos a siglos atrás como pudiera ser los tiempos de porfiriato sino a la historia reciente como pudiera ser la arquitectura o el urbanismo desarrollado en los años 60`s o 70`s por supuesto con la voluntad política de los gobernantes en turno y con el apoyo y respeto a los especialistas respectivos.
En la historia de la humanidad los gobernantes y la sociedad fueron muy responsables y respetuosos en contratar a los especialistas de la época, hoy en día en el mundo civilizado continua en esa línea, solo en nuestro país parece que para nuestros gobernantes hacer arquitectura, urbanismo, contratar especialistas es un pecado o de plano ignorancia.
¿Qué van a reflejar nuestras ciudades?, estas ciudades hoy en día revueltas, compulsivas sin características especiales, desordenadas por falta de una planeación integral, donde se ha priorizado en los últimos años los intereses inmobiliarios, la privatización del espacio público, la degradación, la falta de mantenimiento y un desperdicio de gasto en obras publicas sin la menor calidad arquitectónica o urbana. ¿Ese será nuestro legado?
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