Por: Arq. Carlos Enrique Martinez Gutierrez
Publicado por Opinión Política el 1 Noviembre del 2021
La desigualdad social generada a través de los años provoco entre otros factores una migración de la población de pequeñas comunidades a las ciudades en busca de estudios, crecimiento, intelectual o profesional, de productos básicos, o satisfactores que mejoraran sus condiciones de vida y mitigar la desigualdad. En suma, buscar una mejor calidad de vida.
El crecimiento desmedido de las ciudades y centros de población en los últimos 30 años, provocada entre otros aspectos por la migración del campo a las ciudades, los cambios en las legislaciones, el abandono de la rectoría del estado en materia de vivienda, el cambio de las políticas públicas convirtiendo el estado en agente financiero y no proveedor de condiciones para el desarrollo social, la falta de una planeación sostenible y sustentable de los territorios, las políticas públicas efectivas en materia de ordenamiento del territorio, y la corrupción, ocasionaron que las ciudades crecieron desordenadamente y de una forma horizontal, se vio el crecimiento como un proceso de anexar colonias a las orillas de las ciudades quedando ausente de un desarrollo integral.
El recuento de daños a la fecha por supuesto es un crecimiento anárquico de las ciudades, falta de infraestructura y equipamientos, de un transporte público eficiente y eficaz, un fuerte daño en materia ambiental, cambios de usos del suelo de los terrenos agrícolas, tala inmoderada de bosques, impermeabilización de los suelos la obstrucción y desaparecimiento de ríos, arroyos, cauces de agua, o escurrimientos naturales, la creación de grandes extensiones de pavimentos, la contaminación de cuerpos de agua, una contaminación auditiva, ambiental y visual, por mencionar solo algunos factores que han impactado fuertemente a las ciudades y su entorno.
El problema en nuestro país se ha visto agravado cuando los municipios célula base de nuestro sistema político se han conurbado formando según datos oficiales setenta y cinco áreas metropolitanas, territorios donde habitan aproximadamente el 64% de la población nacional. Esta nueva redistribución del territorio ha consolidado los centros de población que de hecho funcionan como una sola urbe, pero con la agravante que son territorios político-administrativos y gobiernos distintos.
Las ciudades se han convertido en territorios vulnerables tanto físicamente como socialmente, donde los riesgos son eminentes, las amenazas y zonas en peligro se deben de detectar y establecer las políticas publicas necesarias para revertir la problemática.
De acuerdo con las diferentes legislaciones se deben de elaborar una serie de estudios para detectar estas vulnerabilidades a través de los llamados atlas de riesgos, pero desgraciadamente pocos municipios cuentan con ellos debido a que lo ven como un gasto y no como un insumo para la planeación integral de las ciudades.
Pero si a nivel municipal hay un déficit, la problemática se acrecienta cuando se habla de zonas metropolitanas. Desgraciadamente vamos tarde, el futuro empezó ayer pero afortunadamente se han empezado a dar los primeros pasos con el atlas de riesgos del Área Metropolitana de Guadalajara, primero en su tipo en el país, pero como todo documento si no se aplica y se utiliza como parte de los insumos de la planeación urbana de poco o nada servirá y los riesgos se sumarán de forma exponencial en poco tiempo.
excelente aportación en el área del desarrollo y el urbanismo
ResponderEliminar