Por: Arq. Carlos Enrique Martinez Gutierrez
Publicado en: Opinión Política No. 720 del 10 Octubre 2022
Por este mismo espacio comentamos que nuestro país tiene un alto grado de vulnerabilidad a diferentes fenómenos naturales, donde cerca del 80% del territorio nacional está sujeto a eventos naturales, los muchos kilómetros de costas lo convierten en territorios con gran fragilidad ante los embates de ciclones y huracanes, así como los desastres que ocasionan estos eventos tanto en las zonas rurales como urbanas, aunado a lo anterior el cambio climático juega también un papel importante contribuyendo a estos sucesos.
Hoy nos encontramos en el pais climas más extremos, el temporal de lluvias en algunas partes es más escaso y en otras más copioso, tormentas cada vez más virulentas que ocasionan una serie de destrozos en las ciudades y poblaciones a su paso y no se diga en zonas rurales.
Basta una fuerte tormenta para que exhiba en las ciudades todos los pasivos acumulados en materia de planeación de las ciudades, así como el rezago de la infraestructura básica como las redes de drenaje pluvial.
La nueva política urbana apunta hacia ciudades más compactas, con estrategias de densificación, donde algunos gobiernos y actores lo han interpretados como una verticalización desmedida. Pero se les ha olvidado que para densificar y en su caso verticalizar se tendrá que revitalizar las infraestructuras existentes que de por si se encuentran colapsadas.
Desgraciadamente como política pública difícilmente vemos en las ciudades la restitución de redes y ampliación de capacidades del sistema de alcantarillado pluvial de manera integral y peor aún, la separación de redes de alcantarillado pluvial y sanitario, pero además a las administraciones se les ha olvidado el mantenimiento, políticas públicas de rehúso y cuidado del agua por parte de la población, así como revisar las autorizaciones de nuevos desarrollos habitacionales y sus impactos a las redes de forma integral y no individual.
Por otro lado, la omisión y vigilancia por parte de los municipios, alcaldías o delegaciones en el control de las construcciones en zonas vulnerables, áreas protegidas, de riesgo o la invasión de causes o escurrimientos naturales contribuyen en gran medida al caos, es por eso por lo que no es de extrañarse que en cualquier tormenta aparentemente atípica ocasione daños y verdaderos dolores de cabeza en las ciudades con los riesgos a la población que eso implica.
El verdadero problema es que todos los años hablamos de lo mismo, el problema sigue creciendo y no se toman las medidas y soluciones de fondo, cuando se realizara una planeación integral de las ciudades, estrategias y acciones para protección de la población y su patrimonio.
Doble tarea se tiene hoy en día, planear las ciudades de acuerdo con los nuevos retos y reconvertir las ciudades empezando con la infraestructura básica, corrigiendo los errores acumulados a través de los últimos años, pero lo más importante que acciones en materia de desarrollo urbano se tomaran y por quien para proteger a la población y su patrimonio ante los desastres naturales, así como los provocados por los errores acumulados en materia de desarrollo urbano y no solo actuar de forma reactiva.
Muy buen texto Carlos. Tienes toda la razón.
ResponderEliminarEl claro ejemplo de Av. Patria.
ResponderEliminarSi, la planeacion de las ciudades se lleva a cabo con una temporalidad amplia previa durante y después del famoso “tiempo real” muy en boga hoy. La planificación aterriza que emanan de ésta y que desde luego también lleva una temporalidad ya que en ella intervienen factores de recursos económicos e humanos, sociales y económicos para que se lleven a cabo. Hemos desaprovechado la decisión de densificar nuestra metrópoli aprovechando los recursos que estas medidas se ha ido llevando a cabo, al otorgárseles permisos de construcción. Con una agenda clara para aprovechar el agua de lluvia en 15-20 años se hubieran realizado por etapas, la infraestructura necesaria SIN COSTO MAYOR AL ERARIO, estas obras. Quedan algunos años aun (no muchos) en sé se va a colapsar el recurso hídrico para la metrópoli y que podemos aprovechar.
ResponderEliminarPropuestas:
ResponderEliminar1. Mejorar nuestros sistemas de drenajes, generar infiltraciones en el suelo, o por lo menos disminuir la escorrentía.
2. Tener en cuenta el sitio de disposición final. Si queda muy cerca o no está debidamente apto para recibir todo el volumen de agua, la inundación vendrá.
3. Uso de nuevas tecnologías, como el concreto permeable. Cuyo video está a continuación. Un concreto permeable ayuda a disminuir la escorrentía superficial
4. Mejorar el ornato de las ciudades, hacerlas más verdes. Que puedan tener vegetaciones que puedan retener gotas de agua para su propio consumo.
5. Limpieza de los sumideros, sistemas de drenaje y de toda la ciudad. Basura, además de generar contaminación, obstruye los canales de desagüe.
6. Conciencia ciudadana, la ciudad es de todos.
Muy acertados sus comentarios Arq. Carlos Entique... Es increíble que las políticas citadinas no entiendan el funcionamiento de las ciudades... Es de verdad vergonzoso que no se cuente a estas alturas de nuestra historia, con infraestructura apta y coherente para con los requerimientos contemporáneos... Es muy necesaria que se haga lo que acontece en Brasil, Chile y Colombia por ejemplo: Inmiscuirnos como arquitectos y urbanistas, en el quehacer del estado para con la sociedad, en pro de gestar una política REAL...
ResponderEliminar* Fabián Israel García Hernández