El Palomar

Por: Arq. Carlos E. Martinez

Publicado en: Opinión Política 20 Marzo 2023

Con la expansión de las ciudades, se olvidó el diseño y construcción de elementos icónicos, que dan personalidad e identidad a barrios, zonas o sectores de la ciudad y son así espacios vitales para la ciudadanía. Debido a esto, el esplendor de las ciudades se ha visto opacado, resultado en gran medida, a que su crecimiento está planteado en función de los desarrollos inmobiliarios, cubriendo las necesidades de vivienda de una forma desordenada sin una planeación integral.

A través de los años en todas las ciudades se fueron construyendo una serie de elementos arquitectónicos y esculturas que hoy en día son elementos de identificación de una zona de las ciudades o de la ciudad misma que le dan identidad propia, que las caracteriza frente al mundo, está identidad se va construyendo a través del tiempo en un proceso histórico y cultural, compuesta por un conjunto de rasgos, características, elementos, espacios, o construcciones que le dan su personalidad ante sus propios ciudadanos pero que ayuda a identificarla a nivel regional, nacional e incluso mundial.

Diferentes elementos conforman un conjunto urbano, la mayoría de las veces, de forma armónica y se integran al paisaje urbano formando un todo, muchos de ellos forman parte del mismo espacio urbano, conformado por un conjunto de construcciones, plazas o explanadas, monumentos o esculturas, equipamientos urbanos e instalaciones para el adecuado funcionamiento de la ciudad.

Hasta hace algunos años los nuevos conjuntos habitacionales al margen de las áreas de donación se construían en los fraccionamientos, esculturas urbana, motivos de ingresos y una serie de elementos urbanos, como elementos de identificación del desarrollo y embellecimiento de los espacios públicos, ejemplos clásicos como las torres de satélite de la CDMX diseñadas el arquitecto tapatío Luis Barragán Morfin y el alemán Mathias Goerits, o el fraccionamiento Jardines del Bosque en la ciudad de Guadalajara del mismo autor donde se encuentra la escultura de Mathias Goerits denominada el “Pájaro de Fuego” o la “Puerta Guadalajara” en el fracc. Jardines Alcalde de la misma ciudad, escultura del arquitecto Fernando Gonzalez Gortazar, por mencionar solo algunos ejemplos


Tradicionalmente el estado había olvidado entre sus prioridades este tipo de elementos vitales para los habitantes de la ciudad por eso resulta de reconocimiento público a las autoridades del Gobierno Municipal de Guadalajara y el Gobierno del Estado de Jalisco la voluntad política y el impulso para el rescate del diseño y construcción de una escultura monumental diseñada por el premio pritzker 1980 del Arquitecto Luis Barragán Morfin proyectada originalmente para el fraccionamiento “El Palomar” al sur del área metropolitana de Guadalajara.

Esta escultura monumental se ubicó en el centro de la ciudad de Guadalajara como parte de un proyecto de rescate de espacios públicos en una zona degradada y que forma parte de la extensión del “Paseo Alcalde” en la capital del Estado, creando un espacio urbano por demás interesante. No siempre se rescatan espacios públicos trabajando de la mano autoridades, organismos técnicos de la sociedad y especialistas a favor de la ciudad, este proyecto nos confirma que cuando los políticos oyen a los organismos técnicos se realizan proyectos de gran utilidad publica en beneficio de la sociedad.

Por supuesto que las construcciones en los espacios públicos siempre son cuestionables por algunos actores de la sociedad y más cuando se trata de esculturas o arte urbano con dinero público, debido a que el arte es subjetivo y por otro a las diversas necesidades que requieren las ciudades, pero a veces se olvida que una necesidad es vivir en una ciudad digna, con cultura, historia, tradiciones, con elementos que nos identifique y nos hagan sentir orgullosos de nuestra patria chica, ojalá en las ciudades hubiera muchos Palomares y espacios públicos. Enhorabuena por Guadalajara.

Comentarios

  1. De todas las líneas del artículo, el 90% de las líneas habla de manera general sobre el olvido del diseño, la importancia de los íconos, da ejemplos de ate urbano exitoso... en otras palabras justifica el hecho de hacer una obra de espacio público. El 6% cura en salud a la obra argüyendo el caracter subjetivo de la crítica. Pero a cosas específicas y objetivas de la obra, le dedica apenas un 4%. Esa objetividad es lo que hace una buena crítica de arte y arquitectura, realizada de manera profesional por la disciplina de la historia, teoría y crítica del arte, la arquitectura y la forma urbana. Hay que celebrar la publicación de textos como este que hablan sobre la ciudad. Ojalá el autor mas bien haga un análisis específico sobre *esta* obra urbana. sus proos, sus contras. Una crítica lo mas objetiva posible.

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