Por: Arq. Carlos Enrique Martinez Gutierrez
Publicación: 20 Agosto 2020Según el Arq. Jorge Bitar Ramírez desde el nacimiento de los asentamientos urbanos, la construcción y crecimiento de la ciudad antigua, las primeras revoluciones urbanas, Egipto, Mesopotamia, Fenicia, Creta, el origen de la ciudad griega, el urbanismo romano, el desordenado y laberíntico urbanismo medieval, el paso agigantado del renacimiento a la modernidad, la rotura de paradigmas, generadora de la revolución industrial, el crecimiento desordenado de la ciudades modernas, la búsqueda utópica de la ciudad ideal y el desarrollo de teorías urbanas, gestoras de la ciudad contemporánea, son todas respuestas a los modelos económicos de su tiempo.
La ciudad se volvió un bien de consumo que se ofrece, como toda mercancía, busca demanda, se hace atractiva y se vende, no solo a sus habitantes, entorno, área metropolitana o región, sino a extranjeros, en busca de ingresos y recursos que proporcionen estabilidad económica a sus arcas, a la de sus inversionistas, y por último a sus residentes.
Pero un componente muy importante en las ciudades es su vocación, es la forma de expresar su personalidad frente al mundo, esta vocación se manifiesta como disposición "natural" al realizar ciertas actividades y a preferir determinados ambientes y contextos de actividad. Sin embargo, la vocación no es algo innato y se puede construir o modificar a través de los años, si bien algunas ciudades conservan su vocación original la mayoría a través de su historia han cambiado, modificado su estado original y así podemos encontrar muchos ejemplos clásicos como pueden ser la mayoría de nuestros destinos turísticos en nuestro país que de ser un pueblo de pescadores o comunidades dedicadas actividades agropecuarias con el tiempo se consolidaron y crecieron como importantes destinos de playa, por lo tanto esta vocación de la ciudades es determinado por su historia, el medio físico donde se encuentra enclavada, la sociedad y el grupo cultural que la conforman y por supuesto su economía que normalmente es el motor de desarrollo.
Dentro del crecimiento de las ciudades existe un Urbanismo llamado “Formal” que es el que se desarrolló de acuerdo con el supuesto modelo de desarrollo de la ciudad en base a los planes y programas de desarrollo urbano y supeditado a la legislación vigente, donde en teoría la rectoria en materia de planeación urbana la tiene el estado, pero en realidad en los últimos 30 años la abandono dejando que el crecimiento de las ciudades lo marcaran las fuerzas del mercado e intereses inmobiliarios, imponiendo estos últimos leyes y normas con un solo objetivo, realizar negocios pero muy lejos de hacer ciudad y menos comunidad.
Pero dentro de este crecimiento anárquico de las ciudades también se ha desarrollado un urbanismo llamado “Informal”, desarrollado por la población urbana excluida del mercado formal de vivienda a causa de escasos recursos y la falta de una política pública de suelo, los habitantes urbanizan y construyen espontánea o informalmente.
Por lo tanto, este urbanismo informal que ha desarrollado por los particulares fuera de todo tipo de normas y regulaciones del Estado, en su mayoría por autoconstrucción, donde encontramos urbanizaciones sin los servicios básicos indispensables, en zonas de alto riesgo , invadiendo causes de ríos, propiedad particulares, zonas de protección ecológica entre otros muchos problemas, pero el riesgo mayor es el tipo de construcciones, con un alto grado de vulnerabilidad y riesgos por aspectos estructurales con grandes deficiencias en materia de diseño, que se traduce en viviendas o construcciones insalubres con los problemas sociales que conlleva este tipo de espacios. Desgraciadamente estas construcciones y urbanizaciones informales en México según cifras oficiales son del 62 %.
El fenómeno urbano en México, en los últimos años ha rebasado todas las expectativas, debido principalmente al crecimiento explosivo del mismo; los intentos para regularlo por parte de la Federación, los Estados y los Municipios han sido numerosos y dispersos. En este aspecto el Colegio de México puntualiza “Desafortunadamente, a fines del siglo XX la normatividad de las principales metrópolis del país manifiesta un conjunto de problemas, incongruencias, contradicciones y dificultades que se presentan en las leyes, decretos, reglamentos, planes y otros instrumentos jurídicos que las regulan”.
Desde los años 70´s a la fecha las ciudades en su crecimiento fueron eminentemente horizontal se vio como un proceso de anexar colonias en las orillas de la ciudad, este modelo en los últimos años colapsó las ciudades, hubo crecimiento, pero no desarrollo y menos sustentable, se han instrumentado Políticas Públicas que lejos de crear desarrollo equilibrado han polarizado a la población.
Bajo este modelo de ciudad el recuento de daños ha sido el siguiente; excesivo crecimiento horizontal y especulación del suelo, falta de: una visión de ciudad, de Planeación Integral del Territorio y Ordenación de este, de Políticas Públicas a Mediano y Largo Plazo, de infraestructura, de transporte publico eficiente, de competitividad como ciudad, de espacios públicos y equipamiento, de mantenimiento, así como altos índices de contaminación y perdida de la cohesión del tejido social, poco o nulo respeto por el patrimonio entre otros muchos aspectos.
Según el plan de ordenamiento territorial del área metropolitana de Guadalajara llamado POTMET establece que: “El modelo de desarrollo que hoy se define está basado en la distribución de los recursos y las oportunidades de prosperidad en toda la geografía de la ciudad, Concibe a la metrópoli como un sistema complejo de ciudades, en el que cada una conserva su identidad y contribuye al fortalecimiento del conjunto y articula a las comunidades y aprovecha sus talentos, desde la escala barrial, hasta la dimensión regional metropolitana". Entre otros aspectos, por tales motivos “Las ciudades del futuro están llamadas a tener un papel cada vez más relevante como motores de la economía, centros de conectividad, creatividad, innovación, comercio y servicios”.
Pero la pregunta obligada es, ¿qué debemos hacer? Por supuesto debemos de rediseñar las ciudades para crear: Desarrollo Económico, un Desarrollo Social, un Desarrollo Urbano sustentable y Desarrollo Institucional, a través de una serie de acciones, estrategias y políticas publicas transversales que incluyan entre otros aspectos definir o redefinir el vocacionamiento de las ciudades, así como revitalizar y reconvertir las diferentes zonas de la ciudad, planificar a largo plazo con acciones a corto, mediano para lograr el objetivo a largo plazo, rediseñar las ciudades de cara a los nuevos retos e incorporar temas ausentes como medio ambiente, movilidad, espacio público, salud, accesibilidad universal etc.
En materia de planeación urbana, los planes parciales de desarrollo urbano se deben de convertir en documentos estratégicos y planes maestros de la ciudad, pasar de la planeación general y zonificación al diseño urbano especifico, incorporando el ordenamiento del territorio, la movilidad integral, áreas de protección, zonas específicas de atención prioritaria, estrategias de revitalización o reconversión entre otros muchos aspectos. Integrar las estrategias y acciones en materia de movilidad integral como componente importante del plan maestro de la ciudad.
Se debe de garantizar la participación ciudadana organizada en la toma de decisiones de la ciudad, estableciendo mecanismos eficientes que alienten su participación, así como crear los mecanismos para consulta y validación de las políticas públicas en materia de desarrollo urbano y movilidad por parte de la ciudadanía, utilizar herramientas como la consulta pública por medio del Instituto Electoral de participación Ciudadana (IEPC) garantizaría una mayor difusión e institucionalizar los procesos. En la ciudad debemos crear un debate permanente, de forma pública y organizada que confronte las diferentes visiones, partiendo de la base de estudios técnicos y sociales llegando a conclusiones vinculantes.
Es impostergable una política publica de integración del tejido social y campañas de información permanentes en cuanto a las obligaciones y derechos de los ciudadanos en los diferentes temas de la ciudad y su participación ciudadana.
Crear las políticas públicas para la regeneración y mejoramiento urbano y no solo un enunciado de regeneración urbana o zonificación en los instrumentos de planeación, con un verdadero diseño de urbano, donde se incluyan banquetas y cruceros seguros, accesos preferenciales al transporte público, ciclovías sin impactar vecinos o conflictos viales, recuperación de los espacios públicos, así como crear los mecanismos para acrecentar las áreas verdes y los equipamientos necesarios para la población de forma suficiente a través de una política de consolidación y vitalización de las áreas de la ciudad abandonadas o degradadas por falta de servicios.
Por supuesto que toda política pública y sus acciones deberán estar sustentadas en el marco jurídico respectivo por tales motivos la tarea en este sentido deberá pasar por la adecuación y actualización urgentemente de las legislaciones y reglamentaciones estatales y municipales en los temas de desarrollo urbano, construcciones, participación ciudadana, medio ambiente, movilidad entre otros. donde incluya entre otros aspectos la responsabilidad los profesionistas y funcionarios encargados de hacer ciudad donde revierta los actos de simulación, creando los mecanismos para la vigilancia y el cumplimiento de la ley y los reglamentos respectivos.
A manera de conclusión podríamos establecer que la pandemia que hoy vivimos puso de manifiesto lo que se hizo mal en los últimos 30 años materia del diseño de la ciudad, donde hubo expansión y poco desarrollo, donde sus diseños arquitectónicos fueron marcados por diversos intereses y no por las dimensiones suficiente que se requieren para su función, donde predomino el interés inmobiliario y no la calidad de los espacios, por eso hoy en día es urgente rediseñar la ciudad de cara a los nuevos retos pero sobre todo pensar en viviendas, en espacios y ciudades para las personas, donde estos usen, disfruten y se desarrollen con mayor calidad de vida.
Muchas gracias por compartir tu publicación, muy acertada para estos tiempos y pasados
ResponderEliminarFelicidades
Saludos
Muy interesante. Los planes parciales se han vuelto un negocio, que lejos de resolverse en las colonias se resuelven en tribunales, como es el caso del Distrito 2 de Guadalajara. Sería muy interesante platicar de la redensificación que Guadalajara plantea y sus famosos ICUS (Incrementos al CUS).
ResponderEliminarIng. Alexis Gómez